DesamorEn la vida cotidiana no siempre nos comportamos de forma amorosa, con alternancia dar y recibir o cambiando roles amante-amado; sin darnos cuenta muchas veces pensamos antes en satisfacernos a nosotros mismos que a los demás.

En estos casos empujamos a la otra persona a que haga alguna acción que nos satisfaga a nosotros, sin tener en cuenta si es lo que más conviene. Estos comportamientos pueden ir desde una mala cara en casa, exigir ayudas porque no nos apetece una tarea, creer que tenemos muchos derechos y pocos deberes, incluso en el campo profesional pedir resultados inmediatos sin tener en cuenta las capacidades del otro, etc. Normalmente nos comportamos así porque tenemos un vacío afectivo que queremos que alguien nos llene.

Cuando nos comportamos con desamor nuestra red neuronal consume más energía y esto provoca que no quedemos satisfechos, entonces siempre pedimos más y es más difícil alcanzar un bienestar afectivo.

Desamor

Encontrarás más información en “El éxito afectivo” y “60 preguntas sobre el amor“.