Cuando alguien se relaciona pensando en el bien de la otra persona, en escucharle, ayudarle, comprenderle, ser amable, animarle, distraerle, etc., aunque sea sin darse cuenta, le está dando afecto; entonces lo normal es que reciba una respuesta del mismo tipo y también reciba afecto. Este comportamiento puede crear una relación en la que haya alternancia dar y recibir, y será equilibrada.
Si una persona se relaciona solo pensando en su beneficio propio o lo que más le conviene, sin tener en cuenta las necesidades de su interlocutor, entonces no está dando y, normalmente, la otra persona no querrá seguir esa relación ya que estará recibiendo una huella negativa y será muy difícil conseguir una relación equilibrada.
Para que las relaciones personales sean gratificantes y duraderas es necesario que se de esta alternancia entre dar y recibir, así se puede llegar a un equilibrio afectivo.
En cualquier tipo de relación interpersonal puede haber alternancia entre dar y recibir, creando un buen ambiente que favorecerá el bienestar afectivo y la estabilidad de la relación. Algunos ejemplos de relaciones en los que será beneficiosa esta alternancia dar y recibir son: médico-paciente, comprador-vendedor, productor-consumidor, jefe-empleado, profesor-alumno, amante-amado, etc.
En esta web, debido a la importancia que tiene la relación de los padres para la maduración de los hijos, trataremos esta relación basándonos en la alternancia entre amante y amado.