La inteligencia emocional nos permite reconocer las necesidades afectivas (y materiales) de los demás, satisfacerlas oportunamente y establecer una autentica relación de amante y de amado. En definitiva, nos permite amar.
Es una competencia básica de la persona. “Es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los sentimientos de los otros, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que mantenemos con los demás y con nosotros mismos” (Daniel Goleman).
¿Cómo se adquiere?
La alternancia entre dar y recibir o los cambios de roles amante-amado nos llevan al amor. La dinámica amorosa es algo más que un hábito y por eso no se puede adquirir mediante reiteración de actos, talleres, aplicaciones… La inteligencia emocional es la inteligencia humana, es única, y solo la podemos adquirir con la amistad, en la familia y también con el amor a un Dios personal. La mejor manera de adquirirla es teniendo a nuestro alrededor muchos ejemplos de comportamientos amorosos, de ahí la importancia del ambiente donde crezcan los niños para ir madurando y llegar a tener una buena inteligencia emocional.