El pasado 18 de agosto los autores de “El éxito afectivo” dieron una charla sobre afectividad y sexualidad en los jardines de Can Vilumara (Cabrils, Barcelona). Más de sesenta personas se sorprendieron de los planteamientos que presentaron los autores:
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Solo tres amores permiten tener una afectividad plena y gozosa (amistad, amor de pareja y amor a Dios).
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La sexualidad deja unas huellas muy marcadas en nuestra afectividad.
Todos buscamos ser felices y esto lo conseguimos cuando tenemos una afectividad llena y colmada de recuerdos gozosos.Todo lo que hacemos, vemos, sentimos…, deja una huella, forma parte de la afectividad e influye en nuestras emociones y, consecuentemente, en nuestras reacciones y forma de comportarnos.
El amor es una forma de relacionarnos y los afectos que le acompañan son las huellas que se van grabando en nuestro interior y conforman la afectividad. Nuestra afectividad es gozosa cuando nuestras relaciones están organizadas por el amor. Todas nuestras relaciones pueden ser de amor, pero no siempre lo son; nuestras emociones unas veces lo impiden y otras, lo promocionan.
¿Cómo distinguir cuando una relación es de amor o no lo es? Cuando en ella se da una alternancia continua entre amante y amado.
Nuestra felicidad depende mucho más de lo que nos pensamos de nuestras emociones y de las de los demás; esta realidad es de vital importancia.
Para relacionarnos con los demás utilizamos varios lenguajes: básicamente el verbal, el de los actos y el de los cuerpos o sexualidad. Con este último es con el que más afecto podemos transmitir y dejaremos unas huellas muy marcadas en nuestras afectividades, porque es el lenguaje que permite que esa alternancia entre amante y amado sea muy elevada.
Para más información ver el libro “El éxito afectivo”
