Cooperar y proteger

“Hacen mucha piña”. Esta expresión se oye a veces refiriéndose a algún grupo de personas que están muy unidas, ya sea por amistad, parentesco, un grupo de trabajo, un equipo deportivo, etc. Normalmente realizan alguna actividad juntos y cooperan entre ellos.

Cuando compartimos mucho tiempo con otras personas, nos vamos contando cosas cada vez más personales, nos vamos interesando unos por otros, nos ayudamos…, cada vez nos conocemos mejor y nuestra relación se va estrechando. Esto ocurre no solo cuando compartimos alguna actividad gratificante, sino también cuando superamos algún problema juntos.

“Hacer piña” es especialmente importante en la familia, desde que los hijos son pequeños. Hay familias que los fines de semana casi siempre tienen planes todos juntos, en los que pasan ratos relajados y naturalmente se comentan las situaciones vividas durante la semana, ya sea de los padres o de los hijos. Sobre todo, los hijos se van empapando de la relación de sus padres basada en la alternancia dar y recibir y van aprendiendo de ellos, además de ir creando un estilo familiar. De esta manera se van fortaleciendo los vínculos afectivos entre todos y la red afectiva de esta familia será resistente, no se romperá fácilmente.

Actualmente, muchas veces estamos inmersos en ambientes adversos para la familia, los hijos reciben fuera de casa información e invitaciones a comportamientos contrarios a lo que se les inculca en la familia. Es entonces cuando vemos la importancia de tener esa red afectiva resistente que colmará afectivamente, ayudándonos a proteger a nuestra familia; así será más difícil que el ambiente adverso aparte a los hijos del camino que nosotros les queremos enseñar. En realidad, estamos actuando de forma natural, como las piñas, que son agrupaciones de frutos que están protegidos por una corteza leñosa.

Otra situación en la que ayuda “hacer piña” es cuando una familia se tiene que desplazar por una temporada a un país extranjero. En esta situación en la que nos encontramos con una cultura e idioma diferentes a los nuestros, estar muy unidos nos ayudará a todos a sentirnos más seguros; sabremos que entre todos nos adaptaremos al nuevo país gracias a la mutua ayuda. Es un reto que, superado juntos, nos unirá estrechamente, unión que puede perdurar en el tiempo, incluso ya de vuelta a nuestro país y los hijos mayores empezando sus vidas independientes.

Qué gratificante es para unos padres ver que sus hijos, ya mayores y separados físicamente por las circunstancias de la vida, siguen estando muy unidos entre ellos y con los padres. Siguen “haciendo piña”.

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